
A lo largo de dos años y medio, las alergias estacionales han coexistido con el COVID-19. Y según los expertos, ha sido cada vez más difícil diferenciarlos. El virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad ha evolucionado y mutado más de una vez, dándonos como resultado variantes y subvariantes. Cada una de ellas con características particulares.
El COVID‐19 es muy variable, y va desde una infección asintomática hasta neumonía y consecuencias potencialmente mortales. Síntomas como fiebre, tos o pérdida del sentido del olfato (anosmia) o del gusto (ageusia), pueden ayudar a detectar tempranamente si la enfermedad está presente.

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