Pero dentro de sus fronteras alberga uno de los puertos espaciales de Europa más importantes: el de Kourou, administrado conjuntamente por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES) y la empresa Arianespace. Guayana Francesa, con unos 259.109 habitantes y una bajísima densidad poblacional, es un centro clave para la carrera espacial, no solo de Europa, sino también global. Y es desde aquí precisamente desde donde despegará este sábado 25 de diciembre telescopio James Webb a bordo del cohete Ariane 5. Considerado como el sucesor del telescopio espacial Hubble de la NASA, el James Webb ha sido diseñado para mirar más profundamente en el Universo y, como consecuencia, detectar eventos que ocurren más atrás en el tiempo, hace más de 13.500 millones de años.Los científicos también esperan utilizar sus capacidades más avanzadas para estudiar las atmósferas de planetas distantes con la esperanza de que puedan detectar signos de vida. Con un coste de US $10.000 millones de dólares y una construcción de más de 30 años, el proyecto es liderado por la NASA en conjunto con la ESA. Apenas después de su lanzamiento, el cohete arrojará a Webb a un camino que lo llevará a una estación de observación a unos 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. En este viaje, que debería durar un mes, el telescopio desplegará su espejo primario de 6,5 metros de diámetro y un escudo para proteger sus observaciones del cosmos de la luz y el calor del Sol. El objetivo de Webb es obtener imágenes de los primeros objetos que se formaron después del Big Bang. Y todo será manejado desde la sala de control ubicada en Kourou. Considerado como el sucesor del telescopio espacial Hubble de la NASA, el James Webb ha sido diseñado para mirar más profundamente en el Universo y, como consecuencia, detectar eventos que ocurren más atrás en el tiempo, hace más de 13.500 millones de años.
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